Entre Límites y Maravillas
- Sasha Alberto Klainer Berkowitz
- 6 ene
- 1 Min. de lectura
El ser humano, arquitecto de sueños, se enfrenta a un muro de sombras eternos. Sus ojos, ventanas al vasto abismo, ven apenas un destello, un espejismo.
En las curvas del saber, su mente tropieza, cargando sesgos como piedras en la mesa. Busca lo eterno, lo inmenso, lo puro, pero su razón, un barco en lo oscuro.
La verdad, esquiva, danza en el viento, y el infinito es solo un pensamiento. Quién puede cruzar lo que nunca se alcanza, si la mente misma su paso amordaza?
Pero, ¡oh, qué dulce es la ignorancia pura, cuando la vida se vive sin armadura! El canto del río, el susurro del mar, no piden razones, solo estar y amar.
Bailar en el presente, ligero de cargas, no indagar en misterios, no buscar las palabras. Encontrar en lo simple un mundo perfecto, dejar que la risa sea el único dialecto.
Pues aunque el cosmos sea un laberinto infinito, y el saber un reto que nunca es finito, hay magia en vivir, en sentir y en crear, en ser humanos, limitados, y soñar.

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